Si Chile clasificó al Mundial de Francia 98 fue gracias también al granito de arena que aportó Cristian Antonio Flores Vásquez (5 de marzo de 1972; 1,79 cm.). El Pistola vistió la Roja en La Paz, Bolivia producto de sus buenas campañas en Santiago Morning. Luego jugaría en Colo Colo y sería exportado a México con un millonario contrato.
Sin embargo, las cosas no se dieron como en las películas, tal vez porque el "Pistola" "Flores" se formó “como choro en el Cerro Cárcel” de Valparaíso.
Su peak estuvo en 2001, cuando vendió su pase en 200 mil dólares a la empresa Pegaso, quienes lo revendieron al Atlante en un millón de dólares.
Desde ahí, cuando todo pintaba de rosa, comenzó el calvario del Pistola de la cima, porque los magnates lejanos de su pueblo porteño, literalmente lo empezaron a cagar:
Su peak estuvo en 2001, cuando vendió su pase en 200 mil dólares a la empresa Pegaso, quienes lo revendieron al Atlante en un millón de dólares.
Desde ahí, cuando todo pintaba de rosa, comenzó el calvario del Pistola de la cima, porque los magnates lejanos de su pueblo porteño, literalmente lo empezaron a cagar:
Me descontaban 70 (mil dólares) de impuestos. Como si fuera poco no me pagaron al contado, ya que me entregaron sólo 30 mil, y cancelaron 20 mil a un representante, Pedro Pereira, que andaba con Huaquipán y Cristian Olivares, siendo que a México llegué solo... En dos días firmé tres contratos, ya que me llamaban y me los cambiaban a cada rato,
reconoció el ex jugador de Santiago Wanderers, Everton, Colo Colo (2000), Santiago Morning y Atlante de México, entre otros.
Sea como sea, el verdadero choro del puerto jugó en México, en el Atlante e Irapuato. A fines del 2001 tenía una oferta del Veracruz pero lo llamó Juvenal Olmos para llevárselo a la UC.
Y, cómo no, de nuevo la mala.
Cuando se había desvinculado del Irapuato, el DT Olmos le dijo que ya habían contratado a Pablo Lenci y que ya no lo necesitaba. “Juvenal me cagó, no fue capaz de darme la cara, nunca más me atendió. Por su culpa dejé el fútbol", dijo tiempo después, además de reconocer que terminó mal de la rodilla por una mala operación.
Luego de México y Olmos, estuvo 3 años sin jugar.
Y, cómo no, de nuevo la mala.
Cuando se había desvinculado del Irapuato, el DT Olmos le dijo que ya habían contratado a Pablo Lenci y que ya no lo necesitaba. “Juvenal me cagó, no fue capaz de darme la cara, nunca más me atendió. Por su culpa dejé el fútbol", dijo tiempo después, además de reconocer que terminó mal de la rodilla por una mala operación.
Luego de México y Olmos, estuvo 3 años sin jugar.
En marzo de 2004, entrenaba a prueba en la Antofagasta de Mario Páez, intentando volver al fútbol. Un día cualquiera, cuando quiso ir a ver a sus "compañeros" al Regional, tuvo un altercado con los controladores del acceso al estadio porque no lo reconocieron. En esa época, estaba sin club, y aunque llegó a recibir unos 18 millones de pesos mensuales, estaba dispuesto a quedarse en Antofagasta por $ 300 mil. Es que la empresa azteca Pegaso, que era dueña de su pase, todavía le adeudaba 800 mil dólares.
Cuando Pistol Cris viajó a México para reclamar los 800 mil a Pegaso, perdió los documentos en el avión. El arquero internacional mexicano Jorge Campos, que lo ayudaría en el trámite, nada pudo hacer.
Volvió a su Valparaíso y en agosto de 2005 contó a La Cuarta que en Wanderers, a mediados de los 90, defendía a los entonces cadetes David Pizarro y Reinaldo Navia, de los más grandotes:
Incluso los ayudaba con chalas y champú, les pasaba plata para la micro, para pagar cuentas. Cuando los conocí, ellos tenían como 10 años y yo 17, estaban en tercera infantil. Estaban chiquititos y siempre pintaron para buenos. Ellos me decían el "Tío Pistola". Además de Navia y Pizarro estaban en el mismo grupo Claudio Núñez y Moisés Villarroel (…) cuando pasaron al primer equipo, como a los 15 años, tenían para allá para acá a los grandes. Pizarro en un metro cuadrado los agarraba pa'l hueveo a todos y los grandes los llenaban a patadas. Los dejaban llorando de los fierrazos que les daban. Ellos eran niñitos, chiquititos. No les pegaban un cabezazo, les mandaban combos para botarlos. Eran cabrones en esa época '88-'89. Estaban Bahamondes, Latín, Poirrier, Dino Olivares, "Pelicano" Arancibia, José Pérez, "Carecueca" Rodríguez. Era un equipo pesado. No dejaban que los pasaran y si lo hacían les pegaban
Todavía en Wanderers, el día que se reunió el plantel para iniciar el año 98, el presidente Reinaldo Sánchez le devolvió, ante todos sus compañeros, la licencia de conducir que el club le tenía retenida, por sus continuos accidentes automovilísticos de 1997.
A fines de ese 98, subió a primera con Wanderers y…
A fines de ese 98, subió a primera con Wanderers y…
Terminamos todos en el Play Boy (topless) y por defender al comentarista Eduardo Gandulfo, me gané dos cornetes y un botellazo en la nuca. Una vez Reinaldo Sánchez me apostó quién tomaba más whisky; el que perdía pagaba la cuenta de todo el plantel. Yo nunca había probado whisky, pero como soy choro, acepté. Después de tres vasos ni sentí el cabezazo que me pegué cuando me caí de curado.
En el propio Wanderers, a los dirigentes se les ocurrió concentrar sólo a Flores, Lucho Guarda y Carlos Rojas.
Un día se cayó casualmente una ventana desde el tercer piso, nos asomamos y los giles del hotel empezaron a gritar que nos estábamos escapando.
En septiembre de 2003, Flores Vásquez estuvo diez días hospitalizado en estado grave en el Hospital Carlos Van Buren de Valparaíso tras sufrir un traumatismo encéfalo craneano (TEC) cerrado, una fractura de cráneo y un hematoma extradural tras recibir en la tarde del domingo 21 un golpe con un objeto contundente. Flores, fue agredido en un hecho no aclarado, cuando se encontraba en las cercanías del hogar de un familiar ubicado en la parte alta del cerro Esperanza de Valparaíso e ingresó por sus propios medios al recinto hospitalario. Flores dijo a terra.cl: "Como a las tres de la tarde de ayer (domingo) iba a almorzar a la casa de mi tía, donde me estaba esperando mi familia, y me encontré con un par de organilleros que me pidieron plata. No les quise dar y me insultaron, a lo que respondí, tras lo cual me dieron un fierrazo en la cabeza".
Luego, estuvo en una iglesia evangélica para tratar de salir del trago, “pero la operación que me recomendó el Guatón Vergara me salvó del copete. Me pusieron un dispositivo que reacciona con alcohol en el estómago. Si tomaba me iba derechito a la clínica y de ahí estaba a un paso a la tumba. Además, me sirvió para bajar de peso y limpiar mi imagen”.
Luego de tener dinero, dice que lo estafaron con una casa que compró al contado y se la dejaron a medio terminar.
Perdí un minimarket por mala administración y un negocio de mariscos (empresa de transportes de productos marinos) con un familiar que también me estafó. En Viña pasaba de tres a cuatro millones a mis amigos para dieran de pie para comprarse departamentos y autos.
Hoy, el Pistola Flores, defiende al Club Edwards del Cerro Mariposas de Valparaíso. Es dirigente y técnico: entrena la tercera y la segunda infantil, además de la seniors y es capitán de la primera adulta.
5 comentarios:
Hola Leonardo
El "Pistola" da para escribir bastante... Pero hay que saberlo hacer... Buenisima la nota, gracias.
Saludos
con su relato y la vida de este hombre podria escribir un libro las mil y unas de cristian pistolas flores muy buena nota gracias ........carito
wena tio xd
soy el matiaaaa
GRANDE PISTOLA !! PUBLICAREMOS ESTA NOTA .. PERMISO !!
Publicar un comentario