jueves, marzo 22, 2007
Patricio Manns: Diversos instantes del reino
A la aldea de Muerteputa llega volando el Desertor. El pueblo liderado por Caxicóndor serenamente le grita: que en esa tierra libre y auténtica, la eficiencia, el éxito y el imperio no molestan en cada atardecer... que no hay religión y lo más importante es el hombre y su vida en comunidad... " Nuestra historia es oral, pasa de generación en generación, y es, por lo tanto, indestructible. No utilizamos la escritura, porque la escritura traiciona. No utilizamos los grabados ni la pintura, porque los grabados y la pintura revelan. No utilizamos la poesía, porque la poesía es una erección del sueño y el sueño es sólo un orgasmo de la realidad. Nosotros trabajamos sobre la realidad, la estudiamos, la penetramos, la hacemos visible y podemos de ese modo manejarla. Nuestras vidas descansan sobre constantes reales. Como nunca nos hemos separado de estos valores absolutos, nunca hemos sido vencidos ni exterminados. Quien olvida prepara todos sus derrotas futuras". "Nunca has querido entender que liberarse no es vagabundear atado a la caridad pública o al soborno de los enemigos de tu pueblo. Ignoras que liberarse no es agredir a los otros, a los que sueñan y construyen, a los que consuman una por una las revoluciones cotidianas para perfeccionar la vida. Esa clase de revolución es un acto de amor, y sólo desde el fondo de ese acto y de este amor nos puede acontecer la libertad. Porque la libertad se erige dentro de uno: la libertad es antes que nada estado de la conciencia. Sólo puede ser libre un hombre útil en la más generosa acepción del término. Lograrás ser libre a condición de que los otros, los precarios, los débiles, puedan apoyarse en ti. Marginarse es todo lo contrario de liberarse. El hombre depende del hombre sin ningún respiro".
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