martes, julio 08, 2008

Chile jugará ante Panamá su partido 600 de la historia

Viernes 6 de Junio de 2008
10:14
Leonardo Salazar Molina, El Mercurio Online

La selección chilena de fútbol jugará en Valparaíso, ante Panamá, su partido número 600 de la historia.

El primer encuentro jugado por la selección chilena de fútbol se dio en el marco del Centenario de Argentina. En mayo de 1910 los trasandinos querían celebrar sus 100 años de historia republicana con unos "Juegos Olímpicos" que finalmente fueron una serie de competencias en diversos deportes.

En el país, la "Football Association of Chile" -afincada en Valparaíso- agrupaba a los equipos del puerto, sin embargo para la invitación a Buenos Aires realizó una “selección” invitando a otras asociaciones, como las de Talca, Concepción y Santiago.

El estado, por su parte, había creado la “Federación Sportiva Nacional” para que fueran ellos los que velaran por todas las actividades deportivas importantes del país.

Luego de disputas, amagues de renuncias y un viaje meteórico en tren, la Selección Chilena se presentó en Buenos Aires el 27 de mayo de 1910 perdiendo por 3-1 ante los locales (gol chileno de Simmons), en un combinado colmado de británicos. Gibson y Collin Campbell eran piezas claves de ese equipo que tenía en sus filas, además, a los nacionales Próspero González, Arturo Acuña y Luis Barriga.

Chile tuvo que esperar 28 partidos -16 años- para conocer la victoria. Los encuentros iniciales fueron siempre ante Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, pero cuando Bolivia se organizó y comenzó a participar en las incipientes competencias continentales, los chilenos pudieron salir del último puesto sudamericano.

En el inicio del 10° Sudamericano en 1926, jugado en Chile, los dirigidos por el italiano José Rosetti (jugador además de Audax Italiano) vencieron por 7-1 a Bolivia. David Arellano fue el goleador del campeonato y Chile terminó en el segundo puesto del torneo.

El partido 100 se jugó el 1 de marzo de 1953 en Lima, Perú, por el 22° Sudamericano. El equipo dirigido por Luis Tirado venció a Uruguay por 3-2 y, como reseñó El Mercurio del día siguiente al partido “el equipo nacional se condujo con habilidad, realizando su línea de ataque un juego vistoso y atractivo. Punto alto de la actuación de los forwards chilenos fue Francisco Molina, autor de los tres tantos”.

Chile repetía la actuación del Panamericano realizado en Santiago donde había derrotado a los charrúas por 2-0, y comenzaba a repuntar en el marco internacional, con Livingstone, Cremaschi y Meléndez como estandartes.

El 26 de enero de 1972 la selección dirigida por Raúl Pino jugó su encuentro 250 en Guadalajara, México, cayendo por 2-0 ante los aztecas. Ambas selecciones -alojadas en un mismo Hotel, el Holiday In, donde estuvieran los brasileños en el Mundial del 70- brindaron un interesante partido donde México volvió a ganar en Guadalajara luego de 12 años.

“El resultado confirmó lo que habían dicho antes del partido. Encontramos al equipo mexicano perfectamente embalado, porque está en pleno desarrollo su campeonato, mientras que el de nosotros terminó el mes pasado y apenas desde el día 10 empezamos a trabajar con nuestros seleccionados. Actuamos con un claro 4-2-4, pero nos fallaron nuestros laterales”, fue lo que dijo el DT chileno tras el partido, en un comentario fechado hace más de 35 años.

El martes 13 de julio de 1999 la Roja disputó su partido número 500 ante Uruguay por las semifinales de la Copa América disputada en Paraguay.

Tras empatar en el juego de campo, el finalista del torneo se decidió por penales, donde los charrúas ganaron por 5-3 en un equipo donde estaba Marcelo Salas (se perdió un penal en el minuto 26) e Iván Zamorano.

Mañana sábado, en Valparaíso, Chile jugará ante Panamá su partido 600 en partidos oficiales y amistosos ante selecciones tipo A, agrupadas en la FIFA. Una historia con más derrotas que triunfos, con una larga lista de técnicos a cargo y con mil pequeñas anécdotas que se siguen escribiendo.

sábado, junio 28, 2008

El campeón del Pueblo

Curicó Unido logró el título del Apertura de la Primera B 2008, no subió (jugará la final del año) y el campeonato por tanto igual se celebra –es el único en la vida profesional del club- pero la mirada seguirá puesta en diciembre.

Ya está.

También está tatuado en los comentarios de bares, pasillos y buses de hinchada, que el eje es el trabajo liderado por Luis Marcoleta. Que hay un cuerpo técnico serio y que el grupo está afiatado. Todo está escrito, y con justicia.
El punto tal vez a recordar a una semana de la noche triunfal en Valparaíso-Peaje Quinta-Curicó es el valor que tiene el título para la masa, el pueblo, nosotros, todos, los que somos parte de la “familia curicana”.

El título del Curi es el triunfo de los perdedores. De esa hinchada que no había celebrado nunca, en 35 años de ver cómo el vecino se ganaba el Kino, hacía la fiesta y luego derrochaba el dinero logrado en una temporada. Curicó Unido es la representación de la población de Curicó, de esa provincia al sur del Maule. Ese equipo de fútbol, que no tiene estrategia de marketing ni museo con sus glorias, es el ente donde nos reunimos todos los curicanos, sin distinción social, política ni económica.

Curicó Unido es de Juan Pérez Cotapos y del Bayron, es del Keno, quien cuida el Paseo Caracol y del señor Calorio, empresario que hizo el mismo centro comercial. Curicó Unido es de los fascistas, que aún quedan, y de los comunistas, que también quedan. Es del concejal que se saca fotos para ganar votos y del señor que se sienta en la parte sur de la galería, que sueña con que el concejal le estire la mano y le dé un sueldo vitalicio. El Curi es de todos, y este título es del pueblo. Y el pueblo no es una idea vaga ni una palabra progresista. El pueblo por definición somos todos y Curicó Unido, el equipo de fútbol, lo representa como en pocas ciudades del país.

Algunos se identificarán con los salmones, otros con el pisco o la Torre Eiffel. Están los del baile, los del café y el pueblo del Morro. Está la ciudad de los palafitos y la otra del puente más largo del mundo. Curicó ya no es la ciudad de las tortas (regalémosle el mote a Curacaví) ni del vino (ya Santa Cruz, es de ustedes).
Curicó es la ciudad de Curicó Unido y ahora, con el título, nos la validan desde fuera.

Video "Pídeme la luna" (lanzamiento)