RESPONDER

Las preguntas estàn hechas para responderlas. Y a cada rato nos preguntan cosas. Cuál es nuestro nombre, qué hacemos, dónde lo hacemos, cúanto ganamos y cómo logramos ganar eso o por qué no ganamos nada. Nos preguntan qué haremos mañana y que hemos hecho ayer. Qué esperamos del futuro y qué es para nosotros el presente. Debemos responder en cada momento cómo vamos a lograr lo que debemos lograr, porque algo debemos lograr. Y cuánto tenemos, y cúanto nos falta, y cuánto queremos. Cuánto cabe, cuánto aguantamos y hasta cuánto estamos dispuesto a tolerar. Si lo hicimos o si no lo hicimos. Por qué. Sobre todo qué vamos a hacer, qué pensamos y de qué lado somos. Qué color elegimos y por quién nos cuadramos. Y todas las respuestas esperadas son matemáticas. No pueden haber matices. Porque la duda es signo de inseguridad y no de reflexión. Porque el silencio es muestra de cobardía y no de decisión. Y yo me pregunto: ¿Por qué eso debe ser así si puede ser todo de la manera contraria?